domingo, 10 de julio de 2011

El Ritual




por Carlos Vicente Torrealba

Muchos de mis lectores me preguntan ¿Para intimar con mi pareja debo de ser espontánea o la planifico?

Particularmente pienso que en las etapas tempranas de la sexualidad, la cual es dependiente de los imperativos biológicos de la atracción sexual, la enorme fuerza de la intensa atracción sexual entre dos personas es suficiente para crear todas las escenografías y los momentos ya que es la naturaleza del emparejamiento humano. Esperar que el nivel de atracción sexual espontánea esté presente a lo largo de una relación, desde luego es tanto irreal e impide a la pareja explorar las dimensiones más profundas y misteriosas de la unión sexual.

Tendríamos que analizar la historia de la humanidad para darnos cuenta de toda la planificación y los rituales que ha desarrollado el ser humano para el ejercicio la sexualidad gratificante. Las sociedades que culturalmente consideran la sexualidad como un acto sagrado, desarrollan los rituales ya que estos encierran una conexión misteriosa y la todavía más enigmática cualidad del placer orgásmico dentro de una experiencia más amplia de conexión con lo divino, lo espiritual y las sensaciones del cuerpo.

Es decir amigos planificar por adelantado la sexualidad le da tiempo a tu cerebro para elaborar otra realidad, la cual si tienes suerte, te permitirá acceder a través de la propia sexualidad. Siempre tienes que recordar que tu cerebro es el órgano más sexual del cuerpo ya que de él depende la excitación, el deseo y el proceso orgásmico en el cuerpo.

Crea y planifica tu propio ritual en torno a tu sexualidad, esto también da espacio a la espontaneidad. Es que el ritual será una guía, no es que vas estar con un libreto pegado de la almohada. Debes permitir la improvisación en el camino. Se espontáneo, juega con los distintos ritmos del cuerpo, de las caricias; redescubre perpetuamente la sexualidad junto a tu pareja.

Al crear tu propio ritual con tu pareja, explorarás una sexualidad por años y accederán a todo un nivel diferente de apetito de la sexualidad donde el cuerpo y el alma se retroalimentarán ¿Qué rico no!

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