jueves, 1 de marzo de 2012

El Tiempo



Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
@cartorrealba


Lo vi y me di cuenta que era él en verdad el tiempo; pero no un tiempo específico, aunque parecía todo el tiempo a la vez. Ese hombre de mirada tierna y recia nacido en un país rural donde sus hombres y mujeres florecían por si solos, mientras que su larga vida le han hecho entender que los hombres de poder de su nación de todos los tiempos, tan solo eran seres de hambre y fuerza.
Él es un anciano, pero un niño a la vez. Como no serlo, si es el propio tiempo de la sabana de los palmares y sobretodo del sentimiento mas sublime de un pueblo que late al ritmo de siete notas y al compás de las mujeres lindas de ojazos y cabellera negra.
Él es también palabra, aunque sutiles, cortas y muy profundas. Es que él es como el arcano de los tiempos que sabe como es la miseria humana y como es la grandeza de los hombres y la mujeres también, ya que es pueblo, voz y canto de un sentimiento que cubre todos los sentimientos como es la libertad que suele ser tan briosa como los caballos cimarrones del estero de la yegüera donde se hizo hombre, tremolando el lazo al cielo desde su cabalgadura para atrapar a esas hermosas bestias. Pero en uno de esos lances con el sol de los venados a su espalda en plena primavera, atrapó con su cabo de soga las notas de su tierra y ha sido su gran pelea originando las composiciones mas puras y bellas de esta tierra, que él también ha cabalgado con su arpa como un Quijote con su Rocinante. Con la diferencia que ha sido su arpa su amuleto y el cáliz de su gran fe de una nación feliz, alegre y sobre todo poeta. ¡Es que hay que ser poeta para vivir en esta tierra!
Él es caporal de sabana, arriero de esperanza, trovador de amores que llevamos gran parte de los latinoamericanos en todas nuestras querencias. Su música es como el rocío fresco de la mañana que refresca nuestra existencia, él es el tiempo, su tiempo y mi tiempo también es que al cumplir don Juan Vicente Torrealba sus 95 años me hace ser agradecido con mi Dios que me ha permitido conocer la historia viva de una parte de mi tierra. Comprender el por qué nos rendimos con las mujeres bellas; por qué el canto de la paraulata en la majada hace que surjan las tonadas. Entender por qué amo tanto a esta tierra… Gracias taita por ser parte de mi Venezuela y de mi existencia.

Los héroes



Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
Twitter; @cartorrealba

En algunas ocasiones no sé siCharles Darwin se equivocó en su libro “El Origen de las Especies” (On the Origin of Species) que es el fundamento de la teoría de la biología evolutiva ya que por la actitud de ciertas personas no sé a ciencia cierta si nuestros antepasados fueron los monos o las focas.

Vi estos días con un profundo dolor y con la mayor decepción las imagenes bochornosas de niños portando armas largas aunque no como si mi nación fuera un país bananero, más bien como un país hundido en los arenales del desierto, y peor aun sin oasis; más bien con charcos de sangre derramados por la mas cruel de las ignorancias, como es creer que el arte de flotar de un pueblo estribe en la capacidad de hundir a su gente.

Me había prometido a mí un día entre media noche y gallos no escribir más de la política de mi nación para no herir la sensibilidad de mis amigos, aunque no escribir de ello es como castrar mi alma y lamento decirle a mis amigos del gobierno que me cuesta ser un eunuco en este harén de ciegos e inmaduros niños que juegan no con caballitos de madera más bien con niños a quienes les quieren robar su infancia y hacer de ellos unos simples antisociales, creyendo cuentos y fabulas de enemigos imaginarios cuando nuestros grandes enemigos son la mediocridad, la flojera, el facilismo y el saqueo de las arcas.

Me prometí no escribir de política pero como no escribir sobre esta tragedia cómica de hombres que mienten a sus anchas y van robándoles los corazones a los niños con sus caballitos de maderas con hilos de plata, para darle un fusil y una ideología barata, de un Cristo con una ametralladora, y un Simón Bolívar de hoja lata.

Algunos dirán que todo se permite en la guerras irregulares. Si, pero cuando los irregulares son productos del mismo estado entonces no hay una guerra irregular, lo que hay es un desorden que favorece a la anarquía y a los capitales inorgánicos que se nutren de la turbulencia que ellos mismos generan a un estado tan débil que parece fuerte.

Sé que en el trascurso de nuestra vida todo es un mundo de aprender jamás dejamos de aprender, aunque sea sobre nuestro mal aprendizaje, y que lastimas que estos niños tengan que aprender a matar su infancia ¡por ahora! Como si fuera algo heroico utilizar a niños para luchar contra fantasmas sobretodo contra el imperio de pendejos que somos los venezolanos.

Los hombres que mueren como los lobos




por Carlos Vicente Torrealba
Ya hace muchos años, cuando mi abuela doña Esperanza vivía y salíamos a pasear a caballo por las riberas del río Portuguesa en el estado Guárico, un día como hoy, en primavera, justo cuando pasábamos frente al pueblo de La Unión, que quedaba al otro lado del río, yo le pregunté y por qué cuando se ama se sufre? Ella me vio extrañada y jalando por las riendas su caballo bayo de cabos negros, lo detuvo. Se llevó su mano a su sien y me dijo “por qué te preocupa tu fantasma del mañana si apenas tienes doce años? Por qué esa pregunta?
Tan sólo le dije que lo he visto, que la gente sufre cuando ama. Ella me dijo “el amor y el sufrimiento era como el viento detrás de la bandera” “Y es hijo, cuando el ser humano se encuentra enamorado manifiesta su felicidad y trae a colación los pensamientos y sentimientos más profundos de su ser, de su cuerpo y su alma. Mira hijo, el estar enamorado es un desafío, ya que intervienen diversos factores. Siempre cuando nos enamoramos, nuestro bienestar siempre anda entre el filo de la navaja”; señalándome con su mano el pueblo que quedaba frente a nosotros me dijo – observa, qué ves?- Yo le respondí que las casas del pueblo y ella me dijo “no crees que sería aterrador descubrir lo que ocurre detrás de cada puerta en cada una de las casas del pueblo” y Tú te imaginas que no amemos porque pensemos que vamos a sufrir? o que no suframos para no encontrar el amor? Espueleando nuevamente su caballo para empezar de nuevo la marcha me preguntó, y tú has leído sobre los lobos?
Me quedé pensativo y le dije que sí. Ella me recordó que en la naturaleza todos los animales se rigen por dos tipos de trayectos o distancias de seguridad: la Distancia de fuga, es en la que el animal amenazado o presa ve con tiempo suficiente a su atacante o depredador como para poder huir.
La Distancia crítica: es en la que el animal amenazado o presa no ve con tiempo suficiente a su atacante o depredador, como para poder huir y tiene que luchar; esta agresividad es la máxima que el animal puede activar, depende su vida y la vida, hijo, se rige por la oportunidad y el riesgo que asume el lobo y nosotros también somos así, como en cualquier oportunidad o situación en la vida, el amor también está compuesto por dos caracteres: oportunidad y riesgo.
En toda relación se encuentran implícitas las dos opciones. La oportunidad de amar y ser amado, de encontrar la persona adecuada con quien se pudiese compartir cada una de las alegrías, logros y triunfos, aquella persona a quien se le pudiese desnudar su cuerpo y su alma. Por otro lado, se encuentra el equivocarse que trae consigo el eminente y mordaz sufrimiento. Todo en la vida tiene doble cara y el amor no está exento de esta doble cara, por un lado se encuentra la felicidad y al mismo tiempo está el riesgo de sufrir.
El sólo hecho de tomar la decisión de amar trae consigo la gran posibilidad de abrirle las puertas al sufrimiento. De allí que te diga que el sufrimiento es parte del arte de amar. Sócrates decía: “sólo podemos desear aquello de lo que carecemos, y si deseamos lo que tenemos es exclusivamente por miedo a perderlo”. Muchos pensamos que es imposible disfrutar plenamente de lo que se posee, debido a que el ser humano es inconforme por naturaleza. De allí que la insatisfacción que surge como una expresión del sufrimiento es un hecho connatural del hombre.
Mi abuela detuvo su caballo, puso pie en tierra, apretó la cincha de su silla y de nuevo tomó el caballo por las crines para ponernos en marcha, cuando me dijo - El ser humano es el único ser de toda la naturaleza que nace en un gran estado de incompletud, vulnerabilidad y dependencia; es el único ser que necesitará ineludiblemente del otro para sobrevivir- toda la vida buscará como un lobo la luna que será su felicidad, pero tendrá muchos obstáculos y el más grande será el mismo.
Y son algunos hombres y mujeres que morirán como los lobos aullándole a la luna, a ese amor inalcanzable que está ahí, se ve, se siente, pero muy lejano.

Lo que he aprendido




por Carlos Vicente Torrealba

Estando en el negocio de los muchachos de The Coffee Sweet y disfrutando de uno de sus sabrosos café se acercó y se sentó en mi mesa un viejo amigo político que es de esos hombres que yo llamo 4x4 (si algo rustico y fanático), pues él era el un viejo adeco de esos que cargaban la imagen de Rómulo en la cartera junto a la imagen de la Virgen del Valle, y luego paso al chavismo sufriendo una extraordinaria metamorfosis. Ganó mucho dinero en el socialismo y ahora financia al candidato de la oposición, que ya había sido gobernador en el Estado Bolívar.

Sin duda alguna este amigo político es la mejor representación del vivismo criollo, algo que no es malo, ni detestable tan solo interesante para comprender lo que al parecer todavía aun somos. Luego de hablarme mal del gobierno pero eso si enseñándome su reciente adquisición una hermosa camioneta que le costó casi un millardo de los de antes, me preguntó que había yo aprendido en la revolución, lo vi cómo se mira al pasado y al futuro a la vez y le dije: He aprendido en estos años que podemos dejar todo por un sueño y que son pocos los hombres que son hombres, más bien prefieren aparentar lo que no son, criticar a los que son y odiar a los que se atrevan a ser lo que son.

He aprendido hoy que el poder envilece al hombre, pero no tanto como oscurece el espíritu de este y empobrece su palabra, convirtiéndose en un poderoso solitario de nada, como si el poder y la gloria se llevaran a la tumba, junto con sus aduladores.

He aprendido que los amigos valen una fortuna pero son tan escasos como esta; también aprendí que todo llanto no es el dolor de una perdida, puede ser más bien la risa del infiel soliendo ser éste tan certero y destructor como el sable de un mahometano en defensa de su fe.

He aprendido que la gente aprende rápido a ser hipócrita o quizás ese es la esencia para el triunfo social y que el socialismo puede ser tan salvaje como el capitalismo y que la revolución es de dos sentidos: un rato la marcha va hacia delante y al otro, que puede ir a la inversa y contra los intereses de los que decimos defender.

Mi amigo me trataba de interrumpir como tratando de sostener una avalancha, y le dije sabes desde muy joven me he hecho una pregunta que vuelve a mí cada vez que encuentro una persona como tú y es sobre nuestros políticos sin importar que estos sean de la oposición o del gobierno todos tratan de justifican su actitud y es: ¿Por qué la capacidad de nuestra nación en flotar socioculturalmente y hasta económicamente debe estribar en la agilidad que debemos de tener los venezolanos en hundirnos?

Sabes amigo no ha habido un gobernante de nuestra nación con malas intenciones cuando llega éste al poder y que no haya tenido que ceder a la vez desde territorio, bienes o intereses estratégicos a los llamados países hermanos, a cambio de nada; más bien llevado por nuestra verdadera maldición de haber sido una mediocre capitanía general cuyo primer padre de la patria se llamaba Carlos III y que olvidamos igual que al Bolívar de Santa Marta, con su cuerpo de edecanes, su ejército y un barco lleno de enseres personales, o al a Páez en el exilio, viviendo de la caridad de las naciones; a Juancho Gómez en una noche palaciega donde con un puñal se le robó la prosperidad a Venezuela o a la generación del 28 que gritó libertad para que al final tan solo tomaran el poder para ellos y castraran a los mejores talentos que ellos mismos engendraron.

Sabes amigo, en realidad he aprendido que la felicidad es como los besos en unos labios sellados por la mortaja del tiempo, producto de una puñalada que cercena ese diminuto cordón que nos separa o nos une con la realidad. Tan sólo aprendí que la vida hay que vivirla y esperar que pase frente a nosotros horizontalmente el que nos la quiere negar o aquellos que la prostituyen, y sabes amigo yo jamás políticamente volveré atrás.