jueves, 1 de marzo de 2012

Los héroes



Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
Twitter; @cartorrealba

En algunas ocasiones no sé siCharles Darwin se equivocó en su libro “El Origen de las Especies” (On the Origin of Species) que es el fundamento de la teoría de la biología evolutiva ya que por la actitud de ciertas personas no sé a ciencia cierta si nuestros antepasados fueron los monos o las focas.

Vi estos días con un profundo dolor y con la mayor decepción las imagenes bochornosas de niños portando armas largas aunque no como si mi nación fuera un país bananero, más bien como un país hundido en los arenales del desierto, y peor aun sin oasis; más bien con charcos de sangre derramados por la mas cruel de las ignorancias, como es creer que el arte de flotar de un pueblo estribe en la capacidad de hundir a su gente.

Me había prometido a mí un día entre media noche y gallos no escribir más de la política de mi nación para no herir la sensibilidad de mis amigos, aunque no escribir de ello es como castrar mi alma y lamento decirle a mis amigos del gobierno que me cuesta ser un eunuco en este harén de ciegos e inmaduros niños que juegan no con caballitos de madera más bien con niños a quienes les quieren robar su infancia y hacer de ellos unos simples antisociales, creyendo cuentos y fabulas de enemigos imaginarios cuando nuestros grandes enemigos son la mediocridad, la flojera, el facilismo y el saqueo de las arcas.

Me prometí no escribir de política pero como no escribir sobre esta tragedia cómica de hombres que mienten a sus anchas y van robándoles los corazones a los niños con sus caballitos de maderas con hilos de plata, para darle un fusil y una ideología barata, de un Cristo con una ametralladora, y un Simón Bolívar de hoja lata.

Algunos dirán que todo se permite en la guerras irregulares. Si, pero cuando los irregulares son productos del mismo estado entonces no hay una guerra irregular, lo que hay es un desorden que favorece a la anarquía y a los capitales inorgánicos que se nutren de la turbulencia que ellos mismos generan a un estado tan débil que parece fuerte.

Sé que en el trascurso de nuestra vida todo es un mundo de aprender jamás dejamos de aprender, aunque sea sobre nuestro mal aprendizaje, y que lastimas que estos niños tengan que aprender a matar su infancia ¡por ahora! Como si fuera algo heroico utilizar a niños para luchar contra fantasmas sobretodo contra el imperio de pendejos que somos los venezolanos.

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