domingo, 10 de julio de 2011
Dónde nos confundimos?
por Carlos Vicente Torrealba
Solemos confundir la naturaleza del universo con la naturaleza del hombre, es justo ahí donde nacen todos nuestros dilemas.
Es una condición humana la de “disponer”, quizás es lo que nos ha llevado a desarrollarnos a tal punto que hoy en día las técnicas que hemos creado, forman parte del crecimiento de la naturaleza humana como esencia. Aunque nuestro cuerpo forma parte del universo, lo “disponemos” también para generar la naturaleza humana.
Toda la historia de la humanidad no ha sido más que un largo camino para justificar nuestra propia existencia, no sólo para nosotros mismos y dentro de nosotros mismos, sino socialmente y dentro de la sociedad, pensando lógicamente en los Otros.
Nuestra naturaleza humana busca tener una aproximación de la verdad, esta es la gran motivación, en ese perpetuo Tener y Ser, tratamos de racionalizar todo lo que nos rodea y nos integra. Así fuimos adquiriendo la condición extraordinaria de pensar, a tal punto que pudimos llegar a pensar en sí mismo tan solo para llegar al punto de alcanzar conciencia de nuestros actos, donde los humanos se caracterizan por el pensamiento-acción que ya forma parte de su existencia. Teniendo como mayor característica su actividad mental, que le crea su entorno cultural y que a la vez esa actividad mental es la que recrea dicho entorno. Esta actividad mental es por naturaleza espontánea o innata y constituye lo que comúnmente se conoce como Personalidad ó Individualidad ó Ego ó Alma ó Espíritu ó Psiquis, o Ánimus y Ánima.
¿Dónde nos confundimos?. Sencillamente al tratar de colonizar a los OTROS y los pensamientos de estos, olvidándonos que no somos iguales ya que la naturaleza del universo estableció la manera extraordinaria de no hacernos iguales, desde las condiciones genéticas, culturales y accidentales. Nuestra mayor confusión, que generalmente llega a la crueldad y la negación de nuestra propia existencia es negarles a los otros su condición humana, ahí es donde nacen todas las injusticias y aberraciones.
Al negar la existencia de las diferencias de los Otros, surgen aquellos que quieren pensar por mostros, y pretenden hacernos sus rebaños a través de palabras como libertad, justicia e igualdad, y es que la suma de todas la injusticias de la historia de la humanidad han tenido como base y soporte esta tres palabras, que negando la acción la naturaleza humana, no poseen ningún sentido. Nuestro mayor confusión es creer que por la inmortalidad de los pensamientos humanos, somos en la naturaleza del universo inmortales, cuando nuestra finitud esta hay mismo.
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