domingo, 29 de mayo de 2011

De carne y hueso




Por Carlos Vicente Torrealba

carlosvicentetorrealba@gmail.com

carlosvicentetorrealba.blogspot.com

twitter: @ cartorrealba

¡Cuidado!, La política es para políticos, no para mercenarios.


Suele ser interesante en algunas oportunidades observar la vida desde la barrera de las circunstancias. Hoy en día existen amigos de carne y hueso, pero también cibernéticos como los del Twitter. Particularmente los de carne y hueso son mis preferidos, aunque por una extraña razón también se están trasformando en algo que no tiene forma aún, de ahí que definirlos puede ser algo difícil.

Soy un hombre que me gusta conversar con mis amigos, tomarme un café con ellos y hablar temas que van desde la familia hasta como el mundo convulsiona por sus propios desencuentros, y así poder estudiar un poco más sobre el amor y el desamor que suele ser la razón fundamental de nuestra propia existencia. Para entender, eso que es el amor duele, que quema, que mata, pero a la vez te da la vida eterna siendo a veces tan dulce como amargo y tan mágico como humano.

Las herramientas tecnológicas como el Twitter son muy útiles para mi trabajo, pero muy agobiante para mi vida social y sobretodo como humano. El Twitter puede ser como una amante inexistente, que no está en el amor ni en el desamor. Más bien es un escape, fugas de la mente, o puede ser una enorme herramienta de información para consolidar nuestra propia existencia.

El Twitter puede ser como una niñera para grandes que te cuida para que quemes el tiempo que no vuelve o hacerte un gran coleccionista de personas o contactos. El Twitter puede hacer que sea como esa vecina típica chismosa e intrigante, con la ventaja que puedes desarrollar el chismorreo ideal para entrometerte en las vidas ajenas con la mayor facilidad e impunidad. El Twitter es como el cura del pueblo con todo y confesionario, ya que se cuentan los detalles más mínimos de la intimidad personal y con una naturalidad que la inquisición jamás lo hubiera imaginado. El Twitter es como Doctor Jekyll y Mister Hyde, puede ser un chismorrear sin descanso destructivo y una puerta para la infidelidad o la mas extraordinaria herramienta de información e investigación.

Hace algunos días desayunando con un viejo amigo, me daba cuenta que entre cada mordida chequeaba los mensajes de las personas que opinaban sobre su nueva foto en la red. En la cena estuve con una amiga que discutía en el Twitter sobre la receta de la ensalada de gallina con manzana o sin manzana. En la mañana siguiente en el aeropuerto me encontré a un grupo de amigos que viajarían junto conmigo, pero estaban metidos de lleno dentrode su teléfono discutiendo sobre el futbol español.

Lo interesante es que ningunos de mis amigos eran adolescente para tener esa urgencia de comunicarse con su tribu, clan o cofradía, más bien son unos adultos contemporáneos con visos de pavos de antaño. Mis amigos hablan de la cantidad de nuevas relaciones que tienen gracias a el Twitter, lo que no saben es que cada día se están aislando de sus amigos de carne y hueso.

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