miércoles, 16 de marzo de 2011

La sospecha




Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
Twitter: @cartorrealba

Viendo, leyendo y escuchando a los dos sectores que han tomado a nuestro país, al opinar sobre los últimos acontecimientos universitarios en nuestro nación, surge una sospecha. Esta como todas, conduce a una búsqueda y es que la sospecha de que la frontera entre el mundo del desarrollo universitario y el mundo del subdesarrollo de éste, no es en última instancia económico o político sino cultural.

Mientras que unas naciones realizan el mayor esfuerzo por tener las mejores casas de estudios, fortaleciendo todas sus redes de información y conocimiento hasta la optimización del sistema alimentario de sus alumnos, ya que están conscientes que son estos que al final va a nutrir sus aéreas de desarrollo e investigación. Hay al mismo tiempo en escasos países como el nuestro, donde el empobrecimiento ha llegado a sus universidades y es que ambos mundos universitarios son impulsados o detenidos por sus ideas y valores. Ya que hay valores que favorecen el desarrollo de sus universidades y hay valores que se resisten al desarrollo de estas, nuestro declive universitario como el de nuestra sociedad, sospechosamente ha sido después de todo un fenómeno cultural.

Podemos históricamente notar una constante en los países subdesarrollados y empobrecidos. Es su moral que suele ser un simple derivado o dependiente de un partido político, una ideología o de un grupúsculo económico que controlan el poder. Mientras en los países que han alcanzado un estado de bienestar, el fenómeno moral consiste que cada individuo se siente obligado en primera instancia consigo mismo y con su sociedad.

Sospechosamente las personas auténticamente morales, dan sus propias normas, se atienen a ellas, es autónoma. (auto -en griego- “uno mismo” y nomos “es ley”). Esto trae como resultado la conciencia de las cosas, cuyo mayor valor es precisamente el ser humano.

Sabemos que ningún estado puede permitir un estado paralelo. La autonomía universitaria no es un estado dentro de otro estado, ya que esto está muy bien definido por la ley, así como que sus autoridades deben rendir cuenta por los recursos que han recibido.

Lo preocupante como nación, como estado más que como gobiernos es el empobrecimiento de la sociedad del conocimiento. He allí la sospecha del ¿Por qué?, ¿El para qué?, ¿Cuál nación es la que amamos?, ¿Cuál es la gente que defendemos?

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