sábado, 26 de marzo de 2011
El Mejor Termómetro
Por Carlos Vicente Torrealba
Siempre he pensado que el mejor termómetro en una relación es el beso, quizás sea como esos botoncitos de colores que se encuentran en los tableros de los aviones que te indican cuando todo anda bien o mal. El beso es como esa señal que te indica que están a punto de apagarse los motores e irte a pique o por el contrario que está en un asenso constante y con las turbinas a toda potencia.
Y es que existe amigos una enorme complejidad detrás del sencillo acto de besar y ser besado, ya que este se comunica con poderosos mensajes a tu cerebro, cuerpo y por supuesto a tu pareja. El beso, ese beso rico crea el vínculo de unión entre dos personas en un intercambio de esencias, gustos, texturas, secretos y emociones.
Hay muchas formas de besar y una sola forma de entregarnos generalmente con el cuerpo y el alma. Podemos besar de forma furtiva, lujuriosa, gentil, amable con hambre y sed de una pasión desmedida. Besamos al amanecer, el medio día con el sol incandescente, en la postrimería del día o en la quietud de la noche entre sabanas blancas. En tan solo un día podemos dar besos ceremoniales, besos de cariño, besos hipócritas para sobrevivir en sociedades enfermas, besos de película cuando nos rencontramos con nuestra pareja, damos besos de la muerte al llegar a un orgasmo hasta besitos para revivir a la princesas luego de estos.
Es que el ser humano es una totalidad o la suma de todo y los labios es esa gran puerta al alma que han evolucionado primero para la alimentación y luego aplicados para hablar, pero al besar satisface diferentes clases de hambre que deben ser mitigadas. En el cuerpo, un beso activa un cúmulo indeterminados de mensajes neuronales y químicos que transmiten sensaciones táctiles, excitación sexual, sentimiento de cercanía, motivación e incluso euforia siendo el mayor hecho háptico.
Para algunos el beso evolucionó desde la práctica primitiva de las madres de masticar la comida para sus pequeños y luego alimentarlos de boca a boca. Siendo este crucial en el proceso evolutivo de selección de pareja.
Lo cierto es que el beso es tan importante que un mal beso puede acabar con el futuro de una relación de pareja, puede ser la muerte en el nacimiento. Que rico es el beso sobre todo cuando se da con el cuerpo y el alma.
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