miércoles, 3 de agosto de 2011

La Pregunta




por Carlos Vicente Torrealba

Una lectora me pregunta: ¿Cómo se puede saber si uno está enamorado?. La respuesta es compleja y fácil a la vez, yo mismo me la he hecho quizás con la misma frecuencia de mis propias dudas. Un día le escribí esto a mi actual compañera pero en verdad me lo escribí a mí para que fuera de los dos.
Si tú mujer me preguntas a mí en medio de la noche, que estas sintiendo una presión profunda y leve a la vez en el pecho y quieres gritar pero no puedes ni siquiera emitir algún sonido y tu cuerpo inmóvil quiere correr, saltar cien mil obstáculos y de un sólo salto volar sobre ellos aunque sean más altos y más grandes que el Monte Everest.

Si tú me preguntas ¿Por qué en este momento para ti las palabras no dicen nada? y tus amigos te hablan y es como si te hablaran un idioma extraño, lejano y antiguo. Aunque a la vez te das cuenta que un poema de escasas líneas como este que por cierto te lo mande una tarde en un sobre a escondidas, sin nombre, ni sello alguno, te expresan toda tu vida y te conmueven hasta el alma sin ningún motivo.

Si hoy tú sientes algo extraño, un no sé que, con un no sé cómo, con un no sé cuando, como con ganas de reírte pero a la vez con un dejo de melancolía. Si hoy tú sientes algo de pena y una alegría que se combina con una angustia y con ese toque de plenitud que te sofoca y te llena a la vez la vida.

Si tu sientes sueño con algo de insomnio, no sabes si estas despierta o dormida; te tocas pero no te consigues, tu cuerpo ya no es tuyo, pero estas allí entre las sabanas blancas tibias y a la vez frías, si sientes algo extraño cuando observas a ese ser que te motiva y es él con su mezcla de pasión, con inseguridad, con algo de fiebre, pero aun lo sientes cuando cierras los ojos con su aroma, calor, ternura y lo sigues viendo aun estando dormida aunque a la vez estés despierta.

Y con todo y eso sientes algo de carencia y exceso, de plenitud y de gozo con algo de ausencia y desespero; si te sientes cada instante más tú, pero la vez no te reconoces frente al espejo de tu baño, si las palabras que el pronuncia entre tu cuello y la almohada te quedan talladas en el alma como un epitafio y tu alma ya no es tan tuya y la de él ya es mas tuya.

Tú amiga no estás enferma, no posees un maleficio, más bien te estás muriendo ¡Sí! Te estás muriendo de amor, como yo por ti y es una muerte lenta, fascínate, sublime y única.

Si tu mujer me preguntas, una gran pregunta yo te diría que no hay pregunta
Porque tú y yo, ya no somos dos más bien así nos ven los que se pregunta aún donde está el amor… Si tu mujer, me preguntas justo donde no hay preguntas. Yo te diría tan solo mi amor

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