jueves, 21 de abril de 2011

El arte entre ellas mismas


Por Carlos Vicente Torrealba
chinchorrosutra@gmail.com
chinchorro-sutra.blogspot.com
Twitter: @cartorrealba



Desde hace unos meses una lectora me ha enviado a través de los correos, la misma pregunta y al final me dice que le conteste. Mi querida amiga escribió lo que siento, de lo que estoy convencido, de lo que he estudiado y sobretodo de lo que he superado ya sea por los prejuicios o tabúes o por un simple desconocimiento.
Amiga para contestarle su pregunta empecé por estudiar un hermoso libro titulado “Safo de Mil Amores”, después tuve que leer los libros de el “Idilio” y adentrarme a un mundo que me ha hecho entender que la mujer es fascínate como sea, donde sea y con la cultura que sea que construya su andamiaje conceptual, que me ha hecho respetar hoy más que nunca su conducta sexual, su deseo sexual, su inclinación, o la identidad sexual.
Uno amiga, como ser humano puede y tiene el derecho de expresar su sexualidad siempre que sea en forma responsable. Cuando me pregunta sobre el lesbianismo, un término relativamente contemporáneo que se utiliza para diferenciar a las mujeres que comparten su orientación sexual hacia su mismo genero. Aunque la homosexualidad femenina se ha encontrado en muchas culturas a lo largo de la historia y quizás fueron esa huellas profundas que dejó la Poetisa y sacerdotisa griega Safo en la isla de Lesbos de donde todo parte.

Lamentablemente cuando hablamos de lesbianismo, se nos viene todo tipo de elementos que van desde lo absurdo, grotesco, hasta sátirico ya que se ha difundido con una enorme deformación por los medios de comunicación como forma de publicidad donde algunas formas de feminismo han logrado fomentar el desprestigio de las mujeres.

Vemos como en casi todas las corrientes que atacan lo que yo llamo: “el arte entre mujeres” desde literatura, hasta obras artísticas lo suelen hacer de forma mordaz, en toda una ofensiva antifeminista. Se nos ha ofrecido una imagen de las lesbianas ridículamente masculinizadas o bien jóvenes bellas y sensuales abandonadas a juegos amorosos entre ellas, pero siempre dispuestas a hacer partícipes de éstos a los hombres. Tanto en la literatura como en las artes visuales los cuerpos femeninos se muestran con todos los fetiches posibles, próximos a una estética ligada al tema de la prostitución y en parejas.

La clave de este tipo de visión hoy para mí es muy clara, ya que la sexualidad de las mujeres a lo largo de la historia ha sido en su mayor parte construida por hombres (varones, machos ), los cuales han limitado el reconocimiento del lesbianismo, como posibilidad o expresión válida de sexualidad. Debido a ese egoísmo que nos caracteriza a los machos cuando no formamos parte en una relación, ya que en una relación lésbica los hombres no estamos en ella. De allí que también surge como un fetiche para el hombre y como niños grandes malcriados lo que no tenemos o poseemos le damos con los pies.
Amiga lectora, tienes que comprender que en el erotismo destinado a un público voyeur, no se dejan de vincular las relaciones lesbianas a la prostitución y la pornografía, pero esto no tiene que ser así ya que es una simple elección de la mujer.

La nueva mujer, aquellas emancipadas que participaban de la vida pública y cultural de una sociedad deben valer por su capacidad y su forma de ser útil a la sociedad y no por su inclinación o preferencia sexual. Para mi punto de vista, en una mujer debe haber una fuerza especial en ser lesbianas y poseer una capacidad para relacionarse amorosamente con otras mujeres siempre que sea sincera con esos lazos afectivos y no por un modismo o por desprecio a sí misma.

Mi preocupación para contestarle su pregunta, donde me pide mi opinión sobre el lesbianismo consistía en cómo expresarme de las relaciones entre mujeres sin que el cuerpo de estas y su alma sigan estando expuestos a la mirada y los prejuicios de un hombre como yo. Para opinar de la condición lésbica tendría que trascender las limitaciones y tópicos machistas, de una sociedad de doble moral y asfixiada de tabúes. Luego que supere esto, tendría que verla desde la relación entre mujeres desde el objetivo de ellas mismas. Pero es muy difícil porque mi condición connatural es de un hombre amante de la sexualidad femenina y respetuoso de la libertad de espíritu del ser humano, que está consciente que me falta aún mucho por aprender y superar, para entender como un todo la sexualidad humana.

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