domingo, 29 de agosto de 2010
Nueva Asamblea Nacional
Nueva Asamblea Nacional
Me han pedido algunos lectores, a través de los correos, mi opinión sobre las próximas elecciones de la Asamblea Nacional y cuál es su importancia. Quisiera decirles que en Venezuela, nuestro sistema electoral no está orientado a reflejar la proporcionalidad. El anterior sistema bicameral del antiguo Congreso de la República intentó luego de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, diseñar un sistema con la representación de las minorías ya que hubo en aquel momento un espíritu con su necesidad de que el venezolano tuviera voz y voto por primera vez, sin importar la forma de pensar.
El diseño se había pensado en que no se podía olvidar a nadie o casi nadie. Lo que importaba era que, por fin, todo el mundo pudiera hacerse oír. Pero el diseño terminó por multiples intereses en un sistema representativo. No se cumplió con ese espíritu original. De allí que sea una cosa representar y otra gestionar; y hasta hoy a casi 50 años de aquel primer sistema aún no tenemos un sistema ideal aunque se esté intentando.
Todavía políticamente no hemos llegado a tener la madurez de gestionar adecuadamente desde la mayoría social y menos nos hemos dado cuenta que los saltos que la sociedad da hacia adelante, sólo se logran por consenso, no por una imposición de una mayoría o de una minoría, menos por los caprichos de los intereses económicos que siempre se ocultarán en ambos bandos llámemelos gobierno u oposición.
Hay un momento en la historia parlamentaria mundial que fue estelar, producto del surgimiento de “la constitución del Estado del Bienestar”. Ésta la impulsó Alemania tras el pensamiento de Bismarck, fue tomada de igual forma por los liberales ingleses como por la izquierda francesa. En la mayor crisis de cada uno de esos países hubo un consenso entre los representantes de las clases pudientes y con mayores recursos y los de la clase trabajadora, donde no se podía dejar a la deriva los eslabones mas débiles de la cadena social. Sin esa extraordinaria visión de ambos lados y ese compromiso social nunca se hubiera logrado lo que hoy es Europa.
Es improbable en las circunstancias actuales que ciertas cuestiones políticas, económicas, sociales y culturales en Venezuela se logren resolver sin el consenso. Una prueba es: “la crisis entre Colombia y Venezuela”. Sólo el diálogo de Santos y Chavez y una buena voluntad política, respetando las diferencias ha logrado ese paso adelante entre ambas naciones.
Suele suceder que los dirigentes políticos tanto a nivel nacional como regional se olvidan en el fragor del poder, que cualquier decisión política implica un cambio cultural, y esos cambios son mucho más lentos que los técnicos o institucionales.
Si de verdad un gobierno quiere profundizar e impulsar los cambios necesarios, la única vía es alentar cambios en la manera de pensar de los ciudadanos. Estos más que la Asamblea Nacional y las distintas instancias de poder son los que, finalmente, deciden.
Yo les diría a mis lectores que mi opinión es que en las próximas elecciones el gobierno ganará la gran mayoría, ya que la oposición no se ha encontrado aún y la mayoría de la AN deberá tomar conciencia en la verdadera situación de la nación. Un punto simple pero es donde emanan todas las dificultades y es éste un fenómeno sin precedentes en cualquier otra especie que habita en este planeta a lo largo de la evolución y es “El alargamiento de la esperanza de vida”
Con toda la violencia que existe, con toda la impunidad con que se acomete tal violencia, este alargamiento ha desvelado un déficit colosal en la oferta de servicios sociales, sobre todo para los mayores, que ya son la inmensa mayoría en Venezuela como el resto de Latinoamérica. De allí es que surge, por una falta de planificación, nuestros problemas de la educación, la seguridad ciudadana, la salud y algo inimaginable: el ocio burocrático ha colapsado las estructuras de la Administración del Estado.
Sin un consenso, el enorme problema del Estado será no poder garantizar el mantenimiento de la seguridad individual y colectiva; en nuestra nación además del colapso de los niveles de confort, con todos los recursos que el gobierno ha invertido en salud, también se ha deteriorado la calidad de la atención del sistema de salud
La clave está, que en Venezuela se sufre un déficit de gastos de inversión y también de mantenimiento de la infraestructura que llega a ser tan costosa como realizarla de nuevo
Tenemos un hecho único: el déficit biológico. A raíz del aumento de la esperanza de vida, que afecta a todos debido a la necesidad de accesar por igual a los servicios básicos. No hemos planificado el enorme estado que tenemos y este no se ha preparado para dar las respuestas a una sociedad, que de una pulpería se convirtió en un mega mercado.
Las próximas elecciones de la AN las ganará el gobierno. El reto es saber entender que este sistema polítuico necesita el consenso, primero de la propia gente del gobierno y luego de elulos a la sociedad con sus nutridas diferencias.
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