Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
articulista
Estoy convencido que nuestra sociedad actual está construida sobre la violencia, la falsa igualdad competitiva y la complicidad, pero esto no será eterno, algún día no muy lejano nuestra sociedad se fundamentara en el respeto y esto comenzara cuando nos empecemos a respetar a nosotros mismo como personas y dejemos de ser individuos.
Cuando nosotros elegimos a gobernantes, cualquiera de los niveles de gobierno, estos siempre tratan de ejercer su autoridad desde la cima de sus caprichos, y poco asume su responsabilidad con el propio pueblo que lo eligió, sabemos que estos individuos que administran el poder a veces deberán imponer su voluntad para mantener ese poder, aunque suelen olvidar que todo poder es provisional y deberán rendir cuantas en algún momento, a la propia sociedad que los eligió.
Estos individuos siempre pretenden monopolizar el poder, uno de los sistemas que impide esa monopolización es precisamente la democracia, con la alternancia de los partidos, ya que permite que cada individuo participe en las decisiones en igualdad.
Hay una tendencia en algunos intelectuales que se quedaron en las luchas de los pasillos universitarios de culpar al estado y al poder frente al individuo, aunque un ser aislado no es una atracción como algunos de ellos lo señalan, al referirse al pueblo y su amor profundo por éste, pero le hunde cuando poseen el poder la bota en el estomago pisoteándole hasta el espinazo, aunque ese individuo aislado por ellos generalmente es producto de una estrategia que lo envuelve en un fanatismo confuso, y él a pesar de todo, siempre estará consiente de su propia existencia dentro de una sociedad que lo circunda.
La clave esta en la lógica simple, esta nos indica que la constatación de varios elementos da lugar a la aparición de una estructura cuyos resultados son diferentes de la simples suma o adición de esos propios elementos, es decir que cuando se reúnen se provocan apariciones de capacidades nuevas y muchas veces con resultados imprevistos y es que nuestra sociedad posee el poder en ciertas condiciones el de despertar la conciencia en cada uno de lo que llamamos individuos y estos se convierten en personas, podríamos decir que son las personas lo que constituye una abstracción en nuestra sociedad actual y no el individuo.
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