domingo, 23 de enero de 2011

Entre la espada y la cruz



Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
twitter:@cartorrealba

El mayor ejercicio de la responsabilidades la libertad

El 23 de Enero y la Política Cuántica

Estaba observando por televisión los actos en conmemoración del 23 de enero, fecha que le puso fin a un proceso político que vivió Venezuela; donde la abundancia económica que generó un estado totalitario como el de Marcos Pérez Jiménez tuvo como precio la libertad individual tanto de pensamiento como de acción.

Un amigo me llamó para señalarme que el problema de nuestro país es como si fuera el problema de la luz de hace casi dos siglos, donde los distintos pensadores no se ponían de acuerdo. Este pensamiento de mi amigo me hizo recordar que el problema de la naturaleza de la luz fue abordado por dos distintas escuelas de pensamiento: la de Huygens con la teoría ondulatoria y la de Newton con la teoría corpuscular que retomó la hipótesis de los atomistas griegos.

Maxwell a finales del siglo XIX con su teo¬ría electromagnética encontró una sistematización definitiva para la teoría ondulatoria, ya que un corpúsculo es un movimiento de la materia, mientras que una onda es un movimiento en la ma¬teria, hasta que Einstein en 1905 con su descubrimiento de lo fotoeléctrico demuestra claramente la imposibilidad de descartar tanto la teoría corpuscular como la ondulatoria, señalando que la luz se comporta como si es¬tuviese compuesta de fotones dotados de masa propia y viceversa; siendo Bohr en 1927, que afirma que lo cor¬puscular y lo ondulatorio son dos aspectos complementarios de una única realidad: el primero es esencial para estudiar los fenómenos de intercambio de energía, y el segundo es clave para describir el com¬portamiento de las partículas elementales.

Ahora si en latín quantum, es cantidad determinada, si llegáramos a pensar en una política cuántica donde lo social es tan sólo el producto de la conciencia del hombre, mientras que el capital es el resultado que compensa el esfuerzo del hombre y si sabemos que los sistemas políticos tradicionales están agotados porque el uno piensa subsistir siempre sobre el otro, entonces la justicia social en un mundo democrático no es ni el socialismo ni el capitalismo más bien sería un modelo cuántico donde exista un capitalismo sociabilizado y un socialismo que busque el equilibrio de los capitales. Quizás habría que tomar más en serio el fenómeno político actual de “insight” (ver hacia dentro) en los pueblos de Latinoamérica, ya que la esperanza que han sembrado las distintas corrientes políticas de cambios para reinventarnos no es más que ir más allá de un socialismo utópico, ni menos conformarnos con las migajas del capitalismo salvaje.

El proceso político que vive nuestro país ha demostrado que los dos extremos se han agotado y lo único que nos queda es buscar nuestra esencia y vivir en equilibrio o en compensación de ambos modelo. Si la cuántica en física superó la antigua distinción entre materia y radiación ya que las partículas elementales son lo uno y lo otro a un mismo tiempo. La cuántica en política podría ser la clave para la coexistencia de la mayoría que una minoría le ha venido negando todo.

El proceso político que vivimos es necesario para entender lo malo que hemos estado como sociedad aislada del compromiso justo con nuestro gran problema el no entendernos NOSOTROS.

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