miércoles, 27 de octubre de 2010

Ménage à Trois




Por Carlos Vicente Torrealba

carlosvicentetorrealba@gmail.com

Twitter: @cartorrealba



Una vez una amiga a la que quise mucho me preguntó en medio de la sabana, ¿Cuándo las estrellas perdían su intensidad?, ya que los lebrunos se alzaban con el amanecer. ¿Sabes cuántas veces nacemos y morimos?



Yo me detuve a contemplar los haces de luz que empezaban a teñir el firmamento, mi mirada se poso en ella con la mayor ternura que se puede dar en una despedida, y le dije: nacemos y morimos muchas veces. El nacer es ir hacia la vida, de ahí que nuestra vida tenga muchos nacimientos y el morir es cuando algo termina o cesa. No sólo morimos físicamente, también mueren etapas de uno con sus ilusiones y hasta objetivos.



Yo he muerto varias veces y he resucitado gracias al calor y al abrigo, ante todo de mi mismo y desde luego gracias a la ternura de una mujer o la sonrisa de mis hijas, o a la presencia de mis padres que son mis ángeles y el alimento de mi alma como si fueran el pan de trigo. Pero no importa como morimos o como nacemos lo importante quizás es como vivimos cada etapa de nuestra existencia.



Fue la última vez que hablé con la que fue mi amiga, antes de convertirnos en dos extraños. Quizás esas últimas palabras fueron el epitafio de un largo viaje que llegaba a su fin, para que cada uno pudiera renacer con el propio dolor del parto, del adiós sin un hasta luego, pero con la experiencia de lo ya vivido.



Hoy he recordado ese momento, aunque no estoy en medio de la sabana, ni el cielo está estrellado, ni despunta el alba; aunque estoy renaciendo con otra compañera de camino. Pero es que no entiendo la política de mi pueblo, este pequeño caserío que aún es palúdico lleno de una burocracia enfermiza donde los menos son más y los más se tragan hasta su silencio.



No entiendo, con tantos logros en diez años tan sólo el chisme y el barrial sea lo resaltado. No entiendo que una gira presidencial que viene cargada desde acuerdos atómicos hasta las computadoras para nuestros hijos, quede empañada con un desprópiese a una fábrica de vidrio que se dio a conocer por el célebre secuestro de William Frank Niehous un 27 de febrero de 1976.



No entiendo este Ménage à Trois entre burguesía, socialismo y vivismo criollo. No entiendo que lo importante sea lo inmediato y lo trascendente tan sólo una nota de referencia, no entiendo un país que muere y que renazca muriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario