jueves, 9 de septiembre de 2010

VIDA





Por Carlos Vicente Torrealba

carlosvicentetorrealba@gmail.com



Usted alguna vez no se habrá preguntado ¿Habrá vida antes de la muerte?. Hoy en día tanto los hombres como las mujeres se preocupan mucho sobre su bienestar físico, invirtiendo un gran número de horas y recursos para ello. Además realizan enormes esfuerzos para obtener un desarrollo intelectual personal, lo curioso es que estas mismas personas no le dan la suficiente importancia al desarrollo emocional. Quizás ahí está la clave de nuestra angustiosa ansiedad que conlleva sin duda alguna al sufrimiento.



Lo bueno es que a pesar de todo y gracias a la ciencia que está irrumpiendo en alguna medida en la cultura popular ya están aprendiendo esos hombres y mujeres algo sobre los procesos emocionales, que son como ese latido del corazón que nos señala que estamos vivos para envolvernos como un lazo en lo que llamamos felicidad y podemos hoy medir en que magnitud e intensidad estos actúan sobre nuestra vida y nuestro actuar en ella para estar vivos.



Para saber si hay vida antes de la muerte es fundamental aprender a gestionar nuestras propias emociones y desde luego hay factores individuales que nos ayudan constantemente a sobrevivir. Pero la vida no debe ser un sobrevivir. Esta debe ser vivir en plenitud y el factor fundamental son nuestras emociones y eso lazos afectivos que son el propio andamiaje de la vida.



Lo fascínate es que las emociones cuando son positivas y constructivas se vuelven el constructo que nos da la vida, de ahí que podemos desarrollar compromisos con otras personas y con nosotros mismos y estos compromiso hacen posible el control sobre nuestra propia vida.



Cuando no hay compromiso con uno, ni con otros, nos manipularán, exaltando anti valores como el odio, la rabia, la venganza y la ira. Estas también son herramientas de castración en sociedades como la nuestra, que te ofrecerá un enorme abanico de posibilidades aunque la gran mayoría son espejismos, ya que allí las ideologías igual que las palabras son parte también de la sociedad de consumo que siempre lo que ofrece en ese falso abanico de posibilidades te genera desasosiego, ansiedad, angustia y sufrimiento.



Vivir es en sí un cambio permanente con su propio devenir, pero los lazos afectivos que construyas será tu única realidad que te dará vida y podrás decir que si hay vida antes de la muerte.

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