La felicidad no es el resultado de ideologías políticas, ni de religión
alguna. Es la ausencia del sufrimiento y depende de su intensidad y
magnitud, el grado de felicidad que tenemos. Los próximos
acontecimientos que vendrán no serán el fin de nada, pero si puede ser
el principio de nuestra felicidad como sociedad, como individuos y hasta
como nación.
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