lunes, 30 de mayo de 2016

Juan Vicente Torrealba Y Lang Lang 25 de abril, 2013 Caracas

Lang Lang habla En su libro «Un viaje de miles de kilómetros: mi autobiografía», Lang Lang habla de una infancia marcada por un terrible estrés. Su padre perfeccionista impulsó al joven músico a convertirse en el mejor pianista del mundo. El «número uno», insistía constantemente el padre de Lang Lang, el «número uno». El objetivo se marcó muy pronto. Lang Lang comenzó a tocar el piano con tres años, y a los cinco había ganado ya el concurso de piano de Shenyang y ofrecido su primer concierto público. Cuatro años más tarde, dejó a su querida madre en su ciudad natal de Shenyang y se mudó con su padre a Pekín para estudiar en el Conservatorio de Música Central de la ciudad. Se alzó con el primer premio en el Concurso Internacional Tchaikovski para jóvenes músicos y con 13 años tocó los 24 estudios de Chopin en la Sala de Conciertos de Pekín. Con 14 se produce el debut americano de Lang Lang en el Steinway Hall. Con 15, hace las maletas y abandona China para recibir clases en el prestigioso Curtis Institute de Filadelfia. Pero a pesar de todos sus éxitos, premios, victorias y ovaciones recibidas, Lang Lang y su padre sintieron un gran temor por lo que les depararía el futuro antes de llegar a Filadelfia. Durante más de una década, ambos padecieron una pobreza extrema, aislamiento y enormes cargas para encontrar al mejor profesor, participar en los mejores festivales y aprovechar las mejores oportunidades. Pero la competencia a nivel internacional es despiadada y pocas cosas habrían podido disipar los temores del joven Lang Lang... hasta que llegó un día muy especial tras la llegada a Filadelfia. Ese día, padre e hijo entraron por primera vez en la vivienda que el Curtis Institute había puesto a su disposición. «Subimos en ascensor al séptimo piso» recuerda Lang Lang. «Cruzamos el pasillo y abrimos la puerta de un apartamento inmaculado de dos habitaciones con calefacción central, aire acondicionado y –lo más asombroso de todo– un piano de cola Steinway B en el salón.»* Fue un gran momento. El piano supuso un nuevo capítulo en la vida del joven artista. «Fue muy importante para mí», reconoce Lang Lang en la actualidad. «Un piano de cola maravilloso aporta sentimientos y colores sonoros muy especiales y permite disfrutar de cada minuto de estudio. Antes del Curtis Institute no tuve muchas ocasiones de tocar un instrumento tan fabuloso. Mi familia no podía permitirse un Steinway. Entonces me sentí por primera vez muy cerca de mi marca favorita, y quedé fascinado. Hacía mucho que admiraba a Horowitz, Rubinstein y muchos otros grandes pianistas Steinway. Tenía la sensación de que un sueño se estaba haciendo realidad.» La nueva escuela y el nuevo instrumento dieron a Lang Lang un enorme impulso y en el plazo de dos años se hizo evidente que seguiría la senda para convertirse en un grande. Su salto a la fama se produjo con 17 años, cuando en el último momento sustituyó a otro pianista en la «Gala of the Century» y pudo tocar un Concierto para Piano de Tchaikovski con la Orquesta Sinfónica de Chicago. Desde aquella grandiosa aparición deleita al público de todo el mundo con sus conciertos y al mismo tiempo se ha convertido en defensor infatigable de la educación musical de los niños. Lang Lang aprovechó su popularidad entre los niños y en el año 2007 sacó a la venta junto con Steinway & Sons una marca de pianos llamada «Lang Lang» que solo está disponible en el mercado chino. Se trata de una línea de productos del segmento de precios bajo que alberga una serie de patentes Steinway. Consiste en un piano de cola de dos estilo y en un modelo de piano vertical disponible en tres variantes, entre ellas un piano adaptado por completo a las necesidades de los niños. En él se puede, por ejemplo, girar el bastidor superior para que funcione como un encerado en el que el profesor puede escribir notas. Es la primera vez en la historia de la empresa en que Steinway saca un instrumento con el nombre de un artista, y Lang Lang se enorgullece de esta colaboración. «A mi entender, todo niño al que le guste tocar el piano debería contar con el mejor instrumento posible para practicar», afirma Lang Lang. «Hace tiempo que tengo esta opinión. Me encantan los niños y encuentro que desarrollan una gran fantasía al tocar el piano. En la pizarra incluida en el piano pueden escribir o dibujar en todo momento sus pensamientos, sentimientos e inspiraciones. Esto hace que practicar sea más divertido.» Hace una pausa, piensa quizá en su propia infancia, las largas horas sentado al piano. «Además, los niños son la esperanza de la música clásica», añade. Lang Lang no menciona el hecho de que su propia y extraordinaria infancia posiblemente le haya costado un par de libertades. «No creo que haya perdido libertad en mi infancia», afirma. «En cualquier caso, mi libertad reside en la música, siempre». Lang Lang ha estado muy ocupado durante el verano. En junio tocó ante el Palacio de Buckingham en el «Diamond Jubilee Concert» que conmemoraba el 60.º aniversario de la coronación de la Reina de Inglaterra. En julio, con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres, llevó la Antorcha Olímpica en el tramo entre Redbridge y Bexley a través del barrio londinense de Hornchurch. En agosto recibió en Alemania la Cruz Federal del Mérito, una distinción que coronaba una fase extraordinariamente rica y productiva de su carrera con varios momentos álgidos sin precedentes. «Siempre he tenido grandes sueños», confiesa Lang Lang. Pero con tantos planes nuevos sobre la mesa, entre ellos nuevas iniciativas para la educación musical infantil y las grabaciones de Chopin previstas para el año que viene, a Lang Lang, que este año celebró su 30.º cumpleaños, le aguarda un futuro lleno de posibilidades insospechadas. «Ya he llegado muy lejos con mi música», afirma. «Y esto no ha hecho más que empezar».* Acerca de Lang Lang En 2009 fue incluido por el Time Magazine entre las 100 personalidades más influyentes del mundo. El New York Times lo calificó como el «artista más de moda en el mundo de la música clásica». Hoy, Lang Lang ha alcanzado el estatus de icono de la música clásica en todo el mundo. Actúa con las principales orquestas europeas, estadounidenses y de su tierra natal, China. Su fama internacional crece con sus conciertos, apariciones televisivas, álbumes y bandas sonoras. En 2008, Lang Lang fundó la International Music Foundation. El objetivo de la fundación es inspirar a la próxima generación de músicos y amantes de la música clásica. Para ello, la fundación presta su apoyo a los pianistas destacados del mañana, aboga por una educación musical que utilice todas las posibilidades técnicas y trata de acercarse al público joven a través de espectáculos musicales en directo. La biografía de Lang Lang «Un viaje de miles de kilómetros: mi autobiografía», publicada en once idiomas (en español por Alba Editorial) ha recibido una calurosa acogida. En el marco de su compromiso con la educación de los niños, Lang Lang ha sacado una versión especial de su biografía para los lectores más jóvenes titulada Playing with Flying Keys. Lang Lang vive en Nueva York.

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