miércoles, 14 de abril de 2010
La Gran Novela
Por Carlos Vicente Torrealba
carlosvicentetorrealba@gmail.com
Nuestro mundo esta representado por símbolos y signos, yo era un muchacho cuando en 1978 el Papa Juan Pablo I murió, con escasos 33 días de haber asumido el papado, me impresiono que el cuerpo del hombre mas poderoso del planeta, estuviera dentro de un ataúd de madera, un símbolo de humildad pero con una enorme contradicción ya que detrás de esa humildad se refugia todo un universo de esplendor, poder y miedo.
Las mujeres humildes lloraban por la muerte del Papa, las mismas señoras que los domingos asistían a misa, aunque los lunes no faltaban a la lectura del tabaco con el brujo del pueblo, y todas las noches de lunes a viernes entraban en un estado de hipnosis frente a la tv para ver su novelas, ellas eran esos seres maravillosos que cada cinco años pasaban por un estado de metamorfosis convirtiéndose de copeyanas a adecas o de adecas a copeyanas de acuerdo a quien ganara, de ahí es que supe lo curioso que somos como pueblo.
Una ves un viejo caporal de sabana me dijo “conoces como piensa el llanero (vaquero) y sabrá como dominar la manada” la sabiduría popular es extraordinaria ya que suele ser el reflejo de nosotros mismos. Es que observando el desfile del 13 de abril mi hermano me dijo ¿como tu vez a Chávez? quizás mi respuesta la guio el subconsciente, él es la mescla de Raúl Amundaray y Reny Otolina en esta novela extraordinaria que supera “el derecho de nacer” venezolano, mi hermano que esperaba un análisis político, psicológico, sociológico, cultural o de cualquier otro, no espero una respuesta tan farandulera.
Es que Reny Otolina fue el locutor y el vendedor mas grande que tuvo la Tv, tan solo hoy superado por Chávez, nadie en esta país tiene el récord de minutos en tv con el mayor de los reating y las mas grandes ventas o la calidad de actuación y memoria de Raúl Amundaray con su Albertico Limonta, que estremecía a las masas, hacía llorar por igual a viejas como a muchachas, de la misma forma es Chávez pero con mayor dominio de masa hasta las uniforma, nos involucra en un drama que no es el nuestro y nos hace participe de un sueño heroico, platónico, patriótico, al estilo del cine mexicano con esa mezcla de “Por estas Calles”.
Hoy es fácil entender el fenómeno que es Chávez un hombre que sabe como manejar esos símbolos y signos y sobretodo nuestras propias miserias y su drama.
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