Una aproximación a Juan Vicente Torrealba
Por Carlos Vicente Torrealba
Si alguien desarrolla sus facultades dirigiendo con éxito todo aquello que lo hace humano y logra expresa en su tiempo y otros tiempos en su totalidad con cualquiera de los lenguajes incluyendo las siete notas y la palabra, y si es alguien que se hace construyendo su mundo con añoranza y el esfuerzo de la perseverancia.
Si ese alguien posee una mente versátil, sin prejuicios, ni dogmas más bien con conocimientos de causas de experiencias vividas y de las observadas, con las herramientas y los recursos de la constancia que logra ver más allá de las cosas sencillas llanas y no permite que lo atrape el confort ni los falsos espejitos de plata.
Si ese alguien al pasar de los años, de los éxitos sigue siendo una persona en disconformidad con el mundo de la injusticia y de la doble moral y sigue poseyendo diferentes puntos de vista que llegan ser fuera de lo común y sigue amando con pasión todos los días lo que hace entonces es un artista llamado Don Juan Vicente Torrealba.
Pero quien este ser que a los 99 años sigue trabajando escribiendo y dejándonos una visión que empezó con su primer libro a los 96 años titulado “El Llano de Juan Vicente” un hombre que convirtió su vida en una poesía entre el rigor del llano y la bravura de los toros orejanos, la nobleza de los caballos cerreros y sobre todo el amor a los hombres y mujeres que iban construyendo su historia en el espíritu de un tiempo que paso, ¡quizás! Aunque forma las raíces, grandes y profundas de una parte fundamental de nuestra venezolanidad.
El Llano de Juan Vicente fue su primer libro que a la vez hoy no es solo un libro, es un compendio fundamental de la filosofía del hombre del llano venezolano, su razón de existir y el porqué del amor tan profundo por la naturaleza y el espacio que lo circunda, lo limita, lo construye y reconstituye.
Son 99 años que cumplirá el 20 de febrero, con todos sus segundos de este ser hijo de don Santana Torrealba Silva un extraordinario ser humano que llevaba a cuesta como si fueran blasones el poderoso hierro de uno de los hatos más legendarios del llano venezolano, don Santana era amante del arte, la fotografía, la música y su esposa doña Esperanza Pérez Maika de Torrealba fue la madre cariñosa que fundaron una familia arraigadas en las tradiciones de ese poderoso hato que estaba como un corazón palpitante de amor en el medio de la llanura Guariqueña.
Que mescla tan sutil, extraordinaria y cargada de libertad, amalgamo la posibilidad para que este niño heredero de todo lo que pisaba fuera becerrero, ordeñador, arriero, caporal hasta domar las cuerdas del arpa y crecer como un quijote entre los palmares y el estero; luchando por la cultura de su pueblo entre las bestias sabaneras, la soledad de la llanura y la mujer bella de mi tierra, que ha sido la inspiración, lagrimas, risas, carisias y sueños de este trovador nacido como en un cuento de hadas y hecho hombre como aquellos lancero que a caballo conquistaron el respeto y la admiración del mundo.
El maestro don Juan Vicente Torrealba, un hombre de campo llega a la ciudad de Caracas una ciudad que del todo no le era extraña, ya que por cosas de la vida nació en ella debido a que su familia pasaba temporada en esta ciudad cuando era de techos rojos para ver lidiar los hermosos toros bravos que llevaban en sus ancas el poderoso hierro del hato de Banco Largo, toros que engalanaba al Circo Metropolitano y después el Nuevo Circo de Caracas, también en algunas oportunidades hacían algunos días en Caracas para seguir a temperar la familia Torrealba Pérez a su casa en Macuto por unas semanas para luego volver al llano.
Cuando el maestro don Juan Vicente Torrealba parte definitivamente a Caracas dejo todo el confort de un hombre que lo que pisaba y veía era de sus padre porque tenía una sed enorme en dar a conocer la nobleza, la forma de ser y amar de los hombres nacidos entre el lomo de un caballo y el lazo certero que lo une a la bravura y fuerza de una naturaleza que lo forja no solo como hombre más bien como humanos y enseñar la esencia de ese ser especial que es la mujer llanera que tan solo con sus ojos puede expresar los sentimientos más tiernos, el brío ante las dificultades y la firmeza de su espíritu que se volcad en pasiones.
Todo ser humano es su propios cúmulos de recuerdos, eso suele ser así, quizás la diferencia en las del maestro Juan Vicente Torrealba sean que las suyas estaban apiñados en el medio de su pecho y nutridas por un alma que en verdad nació y se forjo, en el auténtico jagüey de las emociones junto con los seres que constituyeron su entorno, su constructo y continuo existir que no son más que miles de lazos al interior de sus auténticos afectos.
Como acercarnos a la fabuloso obra musical del Maestro Torrealba quizás es entender como este ser pudo razonar, pensar, fantasear, ensayar y hasta modelarlo su entorno a partir de las siete notas musicales, utilizando por primera vez las seis cuerdas de su guitarra y luego fue como un amanecer en las 33 cuerdas de su arpa, él pudo interpretar muy hábilmente ese mundo maravilloso que lo estimulaba de ahí que su vida sea simplemente un sistema de representaciones del espíritu de su gente y el de su tierra llámese el llano, Venezuela o Iberoamérica.
Cuando se estudia al maestro don Juan Vicente Torrealba no deja de asombrarnos ese extraordinario ser humano que pudo actuar en su hábitat y ser parte de esta para modificarlo e interpretarlo a través de sus composiciones, sus canciones, sus pasajes y tonadas. El posee todo un universo en su mundo de particularidades donde busca infatigablemente interpretar sus sueños infinitos de un mundo mejor, donde lo que él llama amor, libertad, pación y honor está a flor de piel igual que la mujer que siempre será una fuente inagotable de su inspiración a tal punto que llega hacer como el roció fresco de la mañana.
Don Juan Vicente Torrealba no solo es llano es un hombre universal que fue arrullado con música de arpa, cuatro y maraca, su primera actuación fue en la casa de comercio de don Vicente Castro Torres en el pueblo de La Unión del Estado Barinas con tan solo 16 años en 1933 y es afínales de la década del 40 del siglo XX cuando funda una de las agrupación musical llamada los Torrealberos convirtiéndose en poco tiempo en un icono de la revolución y evolución de la música popular venezolana no solo por sus éxitos más bien por la extraordinaria labor de impulsar las mejores voces y talentos venezolanos ya que don Juan Vicente compuso para cada uno de estos artista, tanto música, letra, métrica y estilo.
El maestro Torrealba se ha caracterizado por tener un anhelo a lo que él ha llamado libertad de creación, entendiendo su libertad como ese impulso que se encuentra en su alma y alimenta su pasión, ha sido un innovador en la música venezolana. Introduciendo en la década del 40 del siglo XX el contrabajo como instrumento obligatorio de su agrupación y a finales de los 60 introduce los elementos electrónicos, sintetizador modular Moog, siendo uno de los primeros en impleméntalo en las grabaciones.
Don Juan Vicente Torrealba posee seis periodos muy bien marcadas a los largo de su vida algunos se solapan y se mantienen otros culminan en forma magistral, el primera de ellos es el artista que nace del Folklore Venezolano periodo corto pero muy importante que le da las bases sólidas para el segundo de ellos como compositor de sus canciones y propulsor del cantar del venezolano destacándose el pasaje, el valpasaje y la Tonada donde crea la métrica, obras como Rosario, Rosa Angelina, Aquella Noche, Madrugada Llanera, Junto Al Jagüey, Por Un Adiós, La Paraulata, Campesina, Solito Con Las Estrellas y muchas otras
El tercer periodo es como productor y director de radio y TV programas como Llano adentro con los Torrealberos (RCTV) y el Caney del Juan Vicente son toda una referencia en la radio y TV venezolana igual como su breve estadía en el cine Mexicano con su amigo Antonio Aguilar.
El cuarto periodo es el discográfico y este es sumamente interesante fundando en la década de los 50 del siglo XX el sello Banco Largo asentando las bases fundamentales de la divulgación de la música venezolana las mejores voces de Venezuela construyeron su carrera artística teniendo como soporte ese sello y en la década de los 70 la empresa alemana BASF lo contrata como figura estelar en su sello disquero mundial y es donde el maestro Torrealba desarrolla el más extraordinario archivo discográfico y quizás unos de los más importante de toda su carrera, fueron diez años de éxitos sembrando las bases fundamentales de la internacionalización de su música a tal punto que en el año 2014 el Consejo Directivo de La Academia Latina de arte y ciencia de la Grabación por votación unánime le otorgara el premio especial por ser el artistas que han realizado contribuciones creativas de excepcional importancia artística en el campo de la grabación durante sus carreras. Siendo el artista más longevo en recibirlo y el único que la academia se trasladó a entregarlo fuera de los EEUU.
Su quinto periodo es el de los Conciertos Para Arpa Criolla culminado es su Orquesta de Cámara de ahí es donde percibimos con mayor fuerza sus obras como Concierto en la Llanura, Indios por la Llanura hasta llegar a conciertos como Concierto De Caracas, Danza De La Primavera, Sinfonía del Palmar, Pastoril, Suite Torrealbara entre cientos de composiciones.
En los años 60 el maestro don Juan Vicente Torrealba conquista España una noche en el teatro de la Zarzuela teniendo un éxito extraordinario que lo mantuvo por un año en la capital española. Igual sucede en México gracias a su interpretación y el éxito obtenido en El Polyforum Siqueiros en la capital Azteca que el pueblo Veracruzano lo hace suyo también y recibe los más altos honores como es que una plaza pública con su nombre.
El maestro don Juan Vicente Torrealba jamás se imaginó que su composición Concierto en la Llanura formara parte del sentir paraguayo siendo su estadía en la Asunción como un regreso a casa. Colombia deja de ser su tierra hermana para adoptar a una de sus hija como la Potra Zaina parte hoy del acervo cultural colombiano, no solo Iberoamérica le ha brindado su afecto y admiración prueba de ellos fue su estadía en Londres donde una noche en el Cony hopuse estremeció los corazones ingleses con su estreno mundial de Suite Torrealbera.
El sexto periodo es quizás el más tierno y que le abre al maestro su mayor longevidad y donde le dedica cada minuto de su existencia como son los Conciertos para Orquestas Sinfónicas obra que forma parte del repertorio del Sistema Nacional de Orquesta.
Sabemos que la libertad es un constructo cultural, Mi padre nos ha enseñado con su ejemplo, que lo único que no podemos hacer es no tratar de ser libres aunque la libertad la limita la propia esencia del ser, y es que don Juan Vicente siempre ha sido un espíritu libre. De ahí lo importante de su vida y de estos 99 años donde podemos tener una pequeña aproximación de como uno de los compositores más representativo de la música popular latinoamericana se forjó en el mundo de los estímulos y pudo muy hábilmente representar e interpretar con su arpa, todo el sentir de una nación.
La obra don Juan Vicente Torrealba nos hace pensar a sus hijos que siempre hemos andado en la grupa del caballo zaino de mi padre, que nos enseña como él a luchar contra los molinos de viento. De ahí que su vida posea un valor fundamental para comprender la enorme obra de este artista y extraordinario Venezolano.
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